Un estudio del profesor Joe Forgas en la revista Australian Science Magazine, concluye que un humor levemente negativo fomenta un estilo más concreto, más complaciente y, a la larga, más conducente a la mejor comunicación.
Una actitud positiva fomenta:
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Creatividad.
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Flexibilidad.
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Cooperación.
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Dependencia de los atajos mentales.
Sin embargo, el mal humor provoca:
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Pensar más atentamente.
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Pensar más cuidadoso.
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Más atención hacia el mundo.
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Mejores en presentar sus ideas a través de argumentos escritos.
Estos están más concentrados, más conscientes de su alrededor, recuerdan mejor lo que les pasa y se expresan mejor y más claramente.
A ver si nos vendrá mejor a nuestras empresas tener personal con algo más de mala leche.
Vía | BBC News (en inglés)
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